Una lección de humildad. La familia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, busca enseñarles a sus hijas, Malia de 18 años y a Sasha de 15, que hay una vida más allá de las lujosas paredes de la Casa Blanca.
Llevan ocho años viviendo con decenas de sirvientes disponibles todo el día para su servicio. Sin embargo, Obama quiere que tengan una vida normal y sepan la importancia del valor del trabajo. Por eso, la menor de la familia comenzó a trabajar este verano en un restaurante de mariscos en Martha’s Vineyard, una isla situada en la costa este del país norteamericano.
Hasta el momento, nadie sabía quién era la nueva chica. Todos miraban sorprendidos sin entender por qué tenía alrededor seis agentes del servicio secreto cuidando de su seguridad. ¡Claro es Sasha Obama!
La adolescente prefieren que la llamen por su nombre completo: Natasha. Durante estos días pasó por todos los puestos y se mostró muy interesada en aprender: encargada de la caja, camarera, área de comidas para llevar y hasta puso en condiciones el restaurante.