Más allá de su apariencia, ella misma se define como un símbolo “de la tolerancia y aceptación” del ser humano. La cantante Conchita Wurst, más conocida como “la Mujer Barbuda”, modificó su famosa imagen. Conserva sus rasgos andróginos, pero sorprendió con su cambió de look. En el festival Life Ball 2018 de Viena apareció con sus bellos emblanquecidos.
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Costó reconocer al personaje creado por el austríaco Thomas Neuwirth cuando pisó la alfombra roja del evento benéfico que recauda fondos contra el sida. La artista desfiló con un traje blanco y su típica cabellera y barba, pero esta vez teñidas de rubio platinado.
La cantante, ganadora del festival Eurovisión en 2014, es una famosa luchadora contra la diversidad sexual. Como hace unos meses atrás reveló que era portadora del virus del VIH, posiblemente esta situación haya influido para que participe de la gala, donde se puso en el rol de la novicia María, protagonista del film “Sonrisas y lágrimas”.
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Más de 300 mil usuarios siguen a Conchita en Instagram. Al publicar su nueva figura, la misma titular de la cuenta cosechó elogios y críticas en la red social.