Un estudio realizado por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), midió que cada argentino toma en promedio 100 litros de mate al año, dejando a esta infusión a la cabeza de todas las bebidas. Lo siguen lejos las gaseosas, con 50 litros por persona; la cerveza con 34, el vino con 30 y el agua mineral con 18.
Otra investigación, de Navarro Market Research, precisó que, en promedio, se prepara el mate tres veces por día. Los números no hacen más que confirmar que el mate está profundamente arraigado en las costumbres y tradiciones argentinas, lo que años atrás hizo que se declarara su día.
El 30 de noviembre fue establecido como el “Día Nacional del Mate” por el Congreso de la Nación, que aprobó una ley que se reglamentó el 20 de enero de 2015. La fecha elegida se debe a la conmemoración del nacimiento de Andrés Guacarí y Artigas, en 1778, quien fue un excomandante de Misiones que fomentó la producción y distribución de la yerba mate.
Los especialistas en salud aseguran que el mate no sólo hidrata sino que tiene múltiples beneficios. La infusión arrasta el colesterol malo por su función anticolesterolémica, gracias a sus taninos; es antioxidante y facilita la diuresis, por lo que es muy bueno para las personas con hipertensión arterial. También aporta una gran concentración de vitaminas del grupo B, y posee una sustancia llamada “xantina”, que actúa como energizante natural.
Pero el mate, en la mayoría de los casos, no se elige por sus propiedades, sino porque tomar mate implica un gesto de amistad y cordialidad. Es un sinónimo de encuentro que atraviesa edades y condición social y, sin dudas, dulce o amargo, estará siempre presente en los hogares argentinos.