Su habilidad en el manejo del pincel y el gusto extravagante de algunos consumidores de arte la salvaron de no terminar en una parrilla sudafricana. Una chancha fue rescatada de un matadero cuando tenía un mes de vida por una activista que confió en sus cualidades estéticas.
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Por su afinidad con la pintura, la dueña bautizó al animal como “Pigcasso”. El nombre es un juego de palabra entre pig (en inglés, cerdo) y el apellido del pintor Pablo Picasso. La artista porcina no tendrá el talento del español, pero también dibuja, expone su producción en galerías y vende sus cuadros a buen precio.
Joanne Lefson, fundadora del refugio Farm Sanctuary en Ciudad del Cabo, es su propietaria. La activista dijo a National Geographfic que el estilo de su mascota va en sintonía con el expresionismo abstracto. Descubrió su orientación y potencial cuando la vio jugar con sus lápices y pinceles. "Era lo único que no se comía", comentó a la popular revista.
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Hace un mes atrás, las obras de la cerda se vendieron en la exposición Oink! a mil euros cada una. Casi todo el dinero recaudado fue a parar a la fundación de Lefson para concientizar sobre el impacto medioambiental que proviene del consumo de carne.
El trabajo de los 200 kilos de pura destreza se puede ver en la cuenta de instagram Pigcassohoghero. "Definitivamente, tiene talento", concluyó la crítica de arte Marjorie Allthorpe-Guyton, acerca de su producción compuesta de colores llamativos y trazos imponentes.