Lo encontró por casualidad un corredor inmobiliario, en la casa de la calle Jujuy 75 del barrio Iturraspe. Entró para evaluar la propiedad que tenía previsto poner en alquiler. Pero se sorprendió, al darse con un ataúd de color blanco.Era del tamaño como para un niño.
También leé: ¿Fantásmas en una casa de Alta Córdoba?
Sin tocar nada, de inmediato llamó a la policía de San Francisco. Los efectivos actuaron bajos las ordenes de l fiscal Oscar Giecco, el mismo que investigó el caso del perro chocolate, quien dio la orden de trasladarlo a la morgue.
En el depósito judicial, los peritos encontraron el perro muerto. Dicen que llevaría allí, por lo menos 10 años.
Según contaron los vecinos de la vivienda abandonada, los últimos habitantes la dejaron cinco años atrás. Creen que esa familia, de la que no se supo más nada, pudo haber dejado el cajón con la mascota muerta dentro de la propiedad.