Hace tiempo, Alexander Horn, detectiva inspector de la Policía de Munich, recibió el llamado más extraño de su vida. Angelinka Fleckinger, directora del Museo de Arqueología del Bolzano, Italia, le encomendó una misión casi imposible. "¿Usted investiga crímenes antiguos? Tengo el caso más antiguo del mundo y es suyo", lo desafió.
Días más tarde conoció al "hombre de hielo" que hoy le da fama mundial. Se trata de la momia mejor preservada del planeta: un cuerpo de la Edad del Cobre que un glaciar mantuvo en óptimas condiciones y fue descubierto en 1991.
En el 2001, una radiografía reveló que Ötzi -así lo bautizaron- murió por un flechazo en su espalda aproximadamente en el año 3.300 antes de Cristo. "Su cuerpo está mejor preservado que el de muchas víctimas de homicidios recientes con las que he trabajado", explicó el detective al diario New York Times.
"Imagina que podemos saber el contenido que tenía en su estómago esta persona hace 5 mil años", amplió Horn. De esa manera pudo determinar que Ötzi medía 1.65 metros, pesaba 50 kilos, tenía ojos marrones, cabello castaño oscuro y 45 años al momento del crimen. El físico, reconstruido gracias a la tecnología, lucía así:
¿Cómo murió?
Al investigar el cadáver, el policía descubrió una herida profunda en una mano, producto de una pelea. "Lo interesante es que no se le encontraron otras lesiones en el cuerpo, ni hematomas importantes ni heridas de puñaladas, así que probablemente fue el ganador", detalló, y dedujo que luego subió colina arriba hasta unos 3.200 metros de altura.
"Allí montó un campamento, esparció sus pertenencias y se sentó a comer". En ese momento ocurrió el crimen. El asesino se acercó por detrás y le lanzó la flecha por la espalda, desde unos 30 metros, provocándole una herida fatal que aún hoy no hubiese sido tratable.
"El objetivo del delincuente era matarlo, y decide hacerlo con un tiro de larga distancia, en lo que podría ser una venganza por lo ocurrido uno o dos días antes", destacó Horn. "Es más o menos lo mismo que se ve hoy en día. La mayoría de los homicidios son personales y como consecuencia de una escalada de la violencia. 'Quiero seguirlo, encontrarlo y matarlo'", analizó.
Inclusive, descartó el motivo de un robo: junto al cuerpo encontraron un hacha de cobre y ropa de cuero, muy valiosas en ese entonces. "Si el asesino volvía a su aldea con esa hacha, todo el mundo hubiera sospechado algo. Pero trató de que nada se supiera", concluyó el detective.