Cada mañana y al iniciar la jornada de trabajo, el dueño de una fábrica de máquinas del distrito de Tongzhou, en Pekín, recibe un beso en la boca de todas sus empleadas. A las 9:30 hacen fila y proceden de acuerdo a lo establecido por el manual de trabajo de la compañía.
La escena fue grabada por otro empleado y subida a las redes sociales. En pocas horas, el video fue visto por 11 millones de personas que reaccionaron con duras críticas contra este tipo de prácticas.
Por la repercusión que tuvo la imagen, el hombre salió a dar las explicaciones del caso. “El saludo sirve para fortalecer la unión "como peces en el agua" y "promover la solidaridad" entre colegas.
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