El británico Simon Watson tiene 41 años y vive en Wembley, Londres. Tiene un trabajo muy particular; es donante de esperma. Dice que quiere tener el récord mundial y cobra 66 euros por cada donación.
El hombre contó en una entrevista que tiene al menos 800 hijos que nacieron gracias a sus donaciones y que la manera de contactarlo es por medio de la red social, Facebook.
Explicó que eligió Facebook porque "es un ida y vuelta. Podés ver cómo es la gente en sus perfiles. Así es mucho más seguro". En su perfil sube las publicaciones de los bebés que van naciendo, y los comentarios rozan lo ofensivo ya que lo considera un trabajo más.
"Generalmente nace un bebé por semana. Creo que tengo alrededor de 800 hasta ahora, por lo que en el plazo de cuatro años me gustaría llegar a 1.000", afirmó en un reportaje para la BBC.
Debido a que la donación no está regulada en Gran Bretaña, cada vez más mujeres con problemas de fertilidad recurren a él, a través de las redes sociales.
Watson se hace estudios de fertilidad cada tres meses para descartar enfermedades genéticas, de transmisión sexual y otros tipos de complicaciones de salud y publica en la Web el certificado del hospital.
El donante y la clienta se encuentran por lo general en una estación de servicio. El lleva el esperma en un frasco plástico, junto a una jeringa sellada. La entrega, recibe el dinero, y se va. La mujer hace el procedimiento conocido como "inseminación casera" y suelen reservar una habitación de hotel o usan los baños públicos.
Simon aseguró que tuvo nenes desde España a Taiwán. "Me gustaría alcanzar un récord mundial y asegurarme que nadie lo rompa".
Estuvo casado dos veces y tiene tres hijos "legales".