Al reproductor lo llaman Diego y se ha convertido en un héroe. En los últimos cincuenta años, su actividad sexual fue clave para evitar la extinción de su especie.
Los científicos informaron sobre sus condiciones biológicas y naturales. "Es un macho reproductor sexualmente muy activo y esto permitió la repoblación de la isla", aseguró Washington Tapia, asesor del Parque Nacional Galápagos.
El macho pertence al grupo de los Chelonoidis hoodensis. Vive en Puerto Ayora, en la isla Santa Cruz, junto a seis hembras. Se encuentra dentro de un corral especialmente diseñado para la reproducción.
Diego llegó al archipiélago del Océano Pacífico en 1976, tras ser rescatado en un zoológico de San Diego, Estados Unidos. Allí lo dejaron unos investigadores que lo sacaron de la isla en 1959. Pesa 80 kilogramos y mide 1.50 metros de alto, cuando está bien estirado.
En la década del 50, había solo dos machos y 12 hembras y se iban a extinguir, pero el hallazgo de Diego cambió la historia. Ahora, determinaron que el 40 por ciento de las crías del programa de Restauración de las Tortugas Gigantes le pertenecen y ya no están en peligro de extinción.