El deceso de Alejandra “La Locomotora” Oliveras, ocurrido este lunes por la tarde, dejó al descubierto un dato significativo respecto a una decisión personal: había manifestado su negativa a ser donante de órganos. Así lo confirmó el director del Hospital José María Cullen de Santa Fe, Bruno Moroni.
Tras el fallecimiento, el equipo de procuración activó el protocolo habitual y se contactó con su entorno familiar.
Durante el proceso se constató que existía una expresión formal de voluntad negativa registrada previamente, lo cual imposibilitó cualquier procedimiento de ablación.
La ex boxeadora, seis veces campeona mundial, permanecía internada en terapia intensiva desde el 14 de julio luego de sufrir un ACV isquémico severo. Aunque mostró una leve mejoría en los días posteriores, su estado clínico se mantuvo crítico en todo momento.
Según los médicos, no estaba consciente; apenas realizaba respuestas mínimas, como abrir los ojos o apretar una mano.
El parte médico indicó que Oliveras falleció a raíz de una embolia pulmonar masiva, que le provocó una hipoxemia severa y derivó en un paro cardiorrespiratorio irreversible. A pesar de los esfuerzos del personal de salud y de las maniobras de reanimación aplicadas, no lograron revertir el cuadro.