Sonó el silbato y marcó el final de un año histórico para Belgrano. La derrota fue otro cachetazo que lo hundió en una realidad que preocupa en Alberdi. Después del partido el entrenador interino, Julio Constantin, cerró con un “estuvimos a la altura”. Claro que sí, a la altura de esta pésima temporada donde el Celeste cumplió un año sin ganar como visitante.
Como frutilla de un postre demasiado amargo, al fracaso deportivo, los dirigentes mediocres, los técnicos equivocados y los jugadores que nunca rindieron en cancha, se le suman peleas entre los hinchas en las tribunas, algo que no sucedía desde hace años.
Pero como esas pesadillas que nunca terminan, Belgrano todavía tiene un partido más. Será frente a Riestra por Copa Argentina. Como nos tiene acostumbrados AFA, el partido increíblemente no tiene fecha ni sede confirmada. Pero Belgrano ya debe pensar en la próxima temporada porque hay mucho para hacer en muy poco tiempo.
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Dentro de 100 días arranca una nueva temporada en la Primera B Nacional. Será un torneo donde 32 equipos buscarán solo dos ascensos. Además habrá ocho descensos sin promedios, por lo que todos están obligados a hacer una gran campaña. Un campeonato largo y difícil, con pocos premios y muchos castigos que obligará a no equivocarse.
Después de hacer el duelo, el descenso debe actuar como purificador. Se deben dejar atrás las mezquindades, la soberbia, el secretismo, volver a las bases y reinventarse. Que haya un cambio en la manera de hacer las cosas y se acierte, de una vez por todas, en la contratación de entrenadores y jugadores.
El próximo lunes se viene la Asamblea General en Belgrano. Será el momento para que la dirigencia dé explicaciones a los socios. ¿Qué jugadores se irán? ¿Qué jugadores seguirán? ¿Quiénes se venderán? ¿Tras la renuncia de Olave seguirá la Secretaría Técnica? Y la gran pregunta: ¿Volverá Zielinski? Las respuestas deben aparecer pronto para comenzar, cuanto antes, la reconstrucción del celeste.