Diego Maradona (60) murió el pasadó 25 de noviembre. Los médicos forenses afirmaron que, según el informe preliminar de la autopsia, la causa fue insuficiencia cardíaca que le generó un edema agudo de pulmón y le provocó una muerte súbita.
La fiscalía de San Isidro investiga las circunstancias del fallecimiento y hasta ahora, el único imputado es el médico neurocirujano Leopoldo Luque por homicidio culposo. La Justicia busca determinar si hubo negligencia médica o impericia.
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En las últimas horas, se filtraron las conversaciones por WhatsApp entre los hijos del Diez, el psicólogo Carlos Díaz y la psiquiatra luego de que al ídolo del fútbol argentino recibiera el alta médica tras ser operado de un hematoma subdural. En los chats a los que accedió Infobae, con fecha del 10 de noviembre, Dalma y Gianinna expresaron su preocupación por la internación domiciliaria.
Ambas consideraban que su papá debía tener un médico clínico de confianza en la casa para tener un mayor control de su salud y que pueda continuar con su rehabilitación de manera eficaz. "Yo me voy a poner a investigar", aseguró Gianinna y luego preguntó qué se sabía de la casa de Tigre donde estaba Diego.
"Estoy hablando con Maxi (Maximiliano Pomargo, cuñado de Matías Morla). Me dijo que están viendo videos de Diego y que están muy bien. Que Diego reclama más privacidad solamente", se puede leer entre los mensajes del grupo.
Las hijas contra Leopoldo Luque
Dalma, Gianinna y Jana Maradona declararon el sábado en la fiscalía. Si bien coincidieron con el médico al referir que Diego era un paciente muy difícil, todas las responsabilidades caen sobre su accionar como profesional.
“Lo vimos muy hinchado. Nos llamó mucho la atención eso. Sobre todo la panza y los párpados”, relataron las tres luego de ser consultadas acerca de cómo lo veían físicamente a Diego tras la cirugía.
Además, una de ellas sentenció: “Nos prometieron internación domiciliaria pero eso no lo era”. Esa frase también integra el expediente y hace referencia a la externación que fue recomendada por Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov.