El viernes por la tarde la dueña de una tienda de ropa vivió una desesperante situación cuando se enteró que estaban asaltando su negocio. Pero lo que parecía ser un episodio más de inseguridad terminó transformándose en una seguidilla de hechos inquietantes cuando una de las empleadas confesó ser la autora del delito.
La damnificada dialogó con ElDoce.tv y relató que el robo ocurrió en Avenida Leandro Alem al 3300, en barrio Villa Azalaiz. “Yo estaba volviendo de viaje de Buenos Aires. Fui hasta allá para buscar más mercadería. Cuando estaba en el colectivo se me ocurrió ver las cámaras del negocio y cuando me fijé estaba llenó de policías. Ahí nomás llamó a la chica que estaba en el local”, afirmó.
+MIRÁ MÁS: Se equivocó de camino, cayó al lago y su camioneta quedó sumergida
En los videos de las cámaras de seguridad se ve con claridad que un hombre con barbijo y campera azul empujó a la encargada del negocio y comenzó a llevarse prendas de ropa guardándolas en una bolsa de consorcio.
Al llegar a Córdoba, la dueña del local fue a la comisaría. “Ahí la Policía me hizo entender que esto podría ser algo que viniera de dentro. El hombre sabía donde estaba la caja donde guardaba la plata y se llevó únicamente las prendas más caras. Después notamos que la ropa que sacaba estaba sin percha como que ya estaba preparada”, contó la víctima, quien estima que perdió alrededor de un millón de pesos.
“Al día siguiente, cuando llego al negocio la veo a la chica con la cara como de que había estado llorando. Es ahí cuando ella me pide perdón y me dice que fue la autora del robo. Me dice que lo hizo porque le faltaba plata y que lo organizó entre ella, el hombre y su ex pareja”, agregó la damnificada. Tras conocer lo ocurrido, ambas fueron hasta la Policía para dejar asentada la confesión.
Según informó la víctima, la joven de 35 años quedó en libertad a la espera de que se realice el proceso legal pertinente.
Lejos de quedar el asunto cerrado, el domingo la mujer recibió un llamado de la trabajadora donde aseguraba que le devolverían la mercadería si ella decidía desestimar la denuncia del día anterior. Horas más tarde, los delincuentes cambiaron de opinión y pidieron un monto de dinero a cambio de devolver las prendas. Pero la propietaria se negó.
“Desde entonces ya recibí un montón de mensajes de amenazas. Me dijeron que no tengo que ir a la Policía, que saben dónde vivo. Yo ya no sé quién es ella”, destacó.