Le habían robado hasta la esperanza pero la solidaridad de los cordobeses volvió a ponerse por encima de la inseguridad. El pasado martes 19 de noviembre ladrones entraron a la panadería de Salvador en barrio General Bustos y la desvalijaron por completo. El comerciante rompió en llanto cuando vio que le habían arrebatado su fuente de trabajo.
“No tengo más ganas de seguir. Voy a cumplir 60 años y ya no tengo más ganas de seguir luchándola. Me quebraron”, admitió en ese momento en diálogo con Telenoche. “Me hicieron pelota. Para colmo en una época que la estamos pasando re mal porque no se vende nada”, añadió sumido en la angustia.
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Lo que jamás se esperó es que su historia pudiera volver a tener un final feliz gracias al gesto de un grupo de almas solidarias. Al enterarse del robo, muchas personas se acercaron a darle una mano a Salvador para ayudarlo a salir adelante. “Una cliente me ofreció una balanza para usar. Un proveedor me regaló cajas de mercadería. Hicieron una rifa en un colegio y muchas personas me hicieron transferencias”, contó conmovido.
El día del robo los ladrones le llevaron su camioneta y más de dos millones de pesos en maquinarias. Con la colaboración de los vecinos, el comerciante logró recaudar un millón y medio. “Pude pagar la pagar la luz, la mitad del alquiler y comprar cubiertas para retirar del corralón el auto robado que después encontraron”, explicó.
“Yo quería agradecerle a la gente. Tenía el ánimo por el piso y gracias a ellos ahora me han devuelto las ganas de seguir”, expresó con los ojos empapados de lágrimas. A continuación el hombre relató el gesto que más lo enterneció y lo inspiró a seguir luchando “Un chico me transfirió 450 pesos. Era toda la plata que tenía en su billetera. Eso me dejó emocionadísimo”, relató.
“Voy a tratar de seguir. Lo básico lo tengo. Aún me falta la ralladora de pan y no tengo báscula estamos pensado como se puede arreglar. Lo estamos manejando como Dios puede”, especificó. “Hay que ser agradecido con la vida. También hay gente buena”, cerró con un tono de voz en el que se mezcló gratitud y felicidad.