Carola sufrió un violento robo en barrio Crisol que derivó en una secuencia de película por las calles de la ciudad de Córdoba. Sin embargo, la frase que le dijo uno de los delincuentes cuando le sacó la moto todavía retumba en su cabeza: “Bueno, te voy a tener que meter un tiro”.
Las palabras del ladrón salieron de su boca mientras la joven de 18 años se resistía a que le sacaran la Honda Wave 110 que su mamá le había prestado para llevar a su hermano al colegio. En diálogo con ElDoce.tv, la víctima relató su experiencia.
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“Volví por Revolución de Mayo y paré en la esquina de Málaga y Aragón para pedirle a mi mamá que me transfiriera para cargar nafta. Se me acercaron dos motochoros de repente. Se bajó el acompañante con el arma, se quiso subir a mi moto y forcejeamos”, contó Carola.
Y agregó: “El arma salió despedida, el conductor la agarró del piso, se acercó y me dijo: ‘Bueno, te voy a tener que meter un tiro’”. Allí la joven dejó de resistirse y se la entregó, junto a su celular, que sería clave para lo que pasó después.
Al tener una aplicación de geolocalización en el teléfono que comparte con su novio, Carola llamó a su pareja y advirtió a la Policía, que a los pocos minutos llegó al lugar del robo. Luego, la joven fue con los oficiales en el patrullero hacia el sector en donde figuraba el celular.

El punto estaba en un asentamiento ubicado a la vera del camino San Andrés, en la zona sur de la ciudad, fuera del anillo de Circunvalación. “Un policía tocó la puerta de una casa mientras los habitantes decían que no sabían nada. Había cerca de 20 personas”, recordó.
Al mismo tiempo, el novio de Carola y un policía se metieron en la casa por la parte de atrás y encontraron la moto robada, que estaba escondida. La sacaron de ahí mientras la joven permanecía en el móvil, para que los delincuentes no la reconocieran.
Cuando la víctima creyó que la iban a hacer bajar para reconocer a los ladrones, directamente subieron la moto a la camioneta. De esta manera, no se recuperó el celular ni se detuvo a los delincuentes para desazón de la damnificada.