Eran las 17:30 del miércoles. Había muy poco movimiento en la calle sobre Luciano Figueroa y Suárez Mejía (barrio Marqués de Sobremonte). Ante esta circunstancia, el delincuente observó que un kiosco ubicado en esa misma esquina era el esccenario perfecto para cometer el delito. Antes de ingresar, caminó media cuadra, buscó un palo y al regresar, lo dejó sobre una silla al ver que una mujer mayor de edad era la que estaba trabajando.
Simuló ser un cliente. Ambos estaba completamente solos. Le pidió unas bebidas, después dos cigarrillos sueltos y se mostraba interesado en el precio de unos snacks. Cuando la víctima se va hacia otro mostrador en busca de algo que le había solicitado, el ladrón aprovechó para robarle.
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En cuestión de segundos, fue detrás de ella, la golpeó por la espalda dejándola caer bruscamente al suelo y fue directo a la caja. Empezó a guardarse todo el dinero en los bolsillos. Al momento en que la mujer logró ponerse de pie, regresó hacia ella y la metió en el baño. Buscó más dinero, las tres botellas de alcohol, los cigarrillos y huyó corriendo. Nadie lo estaba esperando afuera.
Según relató otro de los trabajadores del kiosco, la víctima entró en una crisis nerviosa y en llanto por el terrible momento que había vivido. La denuncia fue realizada por el dueño en la mañana de este viernes. De acuerdo a lo que pudieron averiguar, el delincuente viviría muy cerca.
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