Después de dos años, Ana regresó a Córdoba a visitar a su hijo. Hacía exactamente esa misma cantidad de tiempo que no veía a sus amigos de Paraná. Este fin de semana, súper primaveral, se reencontraron y compartieron el almuerzo de domingo en barrio General Paz. Sin embargo, lo que iba a ser un día de recuerdos, se convirtió en una pesadilla: fueron víctimas de la inseguridad que se vive a diario en la ciudad Capital.
Dejaron el auto Toyota Corolla color negro estacionado sobre la avenida 24 de Septiembre al 1.000 a metros de la Plaza Alberdi. Un naranjita les dijo que no siguieran recorriendo porque no iban a encontrar lugar. Antes de que se fueran, les aclaró que no hacía falta que le pagaran en ese instante, sino a su regreso. Además les aclaró que con un plato de comida también se conformaba.
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Ana y sus amigos se fueron tranquilos a almorzar a un comedor ubicado a dos cuadras. Alrededor de las 15:00, cuando vuelven, encuentran el interior del auto con todo revuelto y el baúl estaba vacío. El naranjita había desaparecido.
Inmediatamente fueron a hacer la denuncia a la comisaría sexta, que está a cuatro cuadras donde ocurrió el robo. Después de eso, recorrieron la zona para ver si encontraban al cuidador de autos hasta que descubrieron que un comercio que estaba al frente del estacionamiento tenía cámaras de seguridad: todo quedó registrado.
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En las imágenes se puede observar que un delincuente, simulando ser el dueño del vehículo, actúa de manera conjunta con el naranjita y sacan todo lo que había adentro del baúl. Las víctimas, oriundas de Paraná, perdieron más de 19 mil pesos, una cámara de fotos profesional, valijas con mucha ropa, comida, entre otras cosas.
El conductor del auto se presentó nuevamente en la comisaría y llevó las grabaciones. Mientras tanto, Ana y su amiga lo esperaban en un restaurante frente al lugar donde habían dejado el vehículo estacionado. Fue en ese momento en que encontraron al hombre que los custodiaba: comprobaron que era el mismo que les había robado. Lo escracharon con fotos, llamaron rápidamente a la Policía y cuando llegó el patrullero ya era tarde: volvió a desaparecer.