Cientos de turistas disfrutan de la costa argentina y aprovechan las altas temperaturas para meterse al mar y refrescarse un rato. Pero no todo es color de rosa, porque en lugares como Pinamar y Villa Gesel, sufren la invasión de tapiocas.
Se trata de una especie de aguavivas, que tienen el tamaño de una gota de agua, imposible de localizarlas a simple vista. Son transparentes, miden entre uno y dos centímetros y tienen ocho tentáculos de los que sólo cuatro tienen veneno.
Una familia cordobesa que decidió pasar sus vacaciones en Pinamar fueron atacados por estos animalitos de mar. Dos niños, de tan sólo 4 y 2 años, jugaban con sus padres a saltar olas y, cuando volvieron a la arena, comenzaron a quejarse: su piel tenía una marca extraña.
Después de ir a un hospital, les confirmaron que habían sido picados por tapiocas. Su mamá Carolina contó a ElDoce.tv que sólo les produjo ardor y no presentan otro síntoma. Sin embargo, están preocupados porque el sarpullido es grande y parece estar inflamado.
Según detalló a Clarín el subdirector de las playas de Villa Gisel, Juan Manuel Martínez, provocan picazón en los ojos, la boca y los genitales. Además aconsejó “una ducha de agua dulce, no refregarse las partes sensibles y en caso de que continúe el ardor, consultar con un médico”.