Ámbar cumplía dos años el 14 de octubre. Su mamá, papá y hermana esperaban que las agujas del reloj marcaran las 00hs para cantarle el feliz cumpleaños. Faltaban algunos minutos, aún era la noche del miércoles 13. Ya estaban todos acostados, porque al día siguiente había que ir a trabajar y al jardín.
En cuestión de segundos, ocurrió lo peor: la pequeña fue a buscar un juguete, se acostó en la cama matrimonial y de manera repentina comenzó a toser y a tener dificultades para respirar. Se había ahogado cuando se puso en la boca un juguete diminuto. Sin dudarlo, el papá salió desesperado y la cargó en su auto.
“Hice media cuadra y encontré a los policías”, contó Matías en diálogo con ElDoce.tv. “Bajé la ventanilla y les grité. En el acto, el agente Alexis comenzó a hacer unas maniobras, pero sin resultado”, recordó aún en shock.
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Ámbar vomitaba saliva con sangre. El policía Papurello le pidió que se subiera urgente al móvil, donde también estaba la ayudante Brenda Sandoval, y los trasladaron al Hospital de Niños. “Fue el viaje más largo de mi vida”, expresó el papá de la nena.
Al llegar, una médica de guardia logró que la pequeña vomitara el juguete luego de realizarle RCP. “Ahí me volvió el alma al cuerpo. Volví a nacer con ella”, dijo aliviado. Después de más de tres horas, dejaron el centro de salud donde estuvo en observación, y regresaron a su casa.
“Nunca me imaginé atravesar una situación como esa. Por suerte los crucé a ellos”, indicó profundamente agradecido con el accionar de Papurello y Sandoval. Finalmente, Ámbar pudo celebrar su dos años y los policías la sorprendieron con un regalo.