El calvario comenzó en agosto, después de cinco meses de pandemia cuando ya era furor en las redes sociales con sus videos con acento bien cordobés. Dejó de ser Flor y ahora todos la conocen como Pupinamente.
La mamá de un fanático, que siempre le escribía y ponía “me gusta” en cada publicación –aunque aún desconocía que era su hijo-, le preguntó si podía ayudarla a visibilizar su emprendimiento. Acordaron encontrarse para que le acercara sus productos de pastelería y, a último momento, la sorprendió al preguntarle si podía recibir a su hijo que la admiraba.
“Imaginé que era un niño o un adolescente”, aseguró Flor en diálogo con ElDoce.tv. Pero cuando llegó ese día se dio cuenta quién era: “Ahí me cayó la ficha”.
Imagen: la única foto a la que accedió tras la primera visita.
Por lo general, siempre da otra dirección, como estrategia para evitar exponerse tanto y resguardar su integridad. Pero el joven de 23 años descubrió dónde vivía y antes de irse -en aquella visita junto a su mamá-, le entregó una carta en la que le expresaba que estaba rotundamente enamorado.
“Al principio me pareció tierno, pero tierno nada. A fin de año me cae a mi casa queriendo tomar una cerveza. Se tomó el atrevimiento de tocar a mi puerta”, agregó a su relato. “No vuelvas a hacer esto”, le pidió Flor a su fan.
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Al tiempo, le cuenta a una amiga que el joven de 23 años la estaba acosando. Hasta que ella le advirtió lo que él hacía en Twitter: “Cuando entré me dio escalofríos. Desde que me conoce escribe todo lo que hago”.
Inmediatamente se contactó con la madre para contarle la última visita sorpresiva, todas las insistencias y pedirle por favor que lo hablara con su hijo porque necesita ayuda profesional. Solo le contestó: “Gracias, vamos a ver qué podemos hacer”.
“Evidentemente no lo quiere ver, lo está apañando y él la manipula como quiere”, se quejó la cordobesa influencer. Ante la falta de respuesta, decidió bloquearlos. Pero no fue suficiente: se creó cuentas falsas para seguir acosándola.
El 16 de abril de este año se presentó en el Polo de la Mujer para hacer la denuncia. Durante dos horas estuvo en el organismo contando cada detalle de lo que estaba atravesando. A la semana, le llegó una orden de restricción: ninguno podía tener contacto, ni presencial ni virtual.
“Con esto dije 'me quedo tranquila'. Pero él violó las restricción haciéndose cuentas falsas en otras redes. Hace cuentas falsas para seguir mis pasos”, manifestó preocupada. Desde entonces, tuvo que modificar su rutina: “Salgo con miedo”.
Vecinos aseguran que vieron al joven merodeando por la zona. “Dejé de subir tantas cosas a las redes sociales, limité el contenido, mis salidas y la familia lo subestima, cree que es un juego”, se quejó.
Y se cansó. Por eso decidió exponerlo en sus redes sociales. “Lo hice porque entiendo que tiene un problema. Y mal que mal tengo mucha gente mirándome y tengo que tener cuidado con lo que digo y público, porque muchos quieren reaccionar contra él”.
Atención
Si sos víctima de violencia de género o conocés a alguien que necesite ayuda:
*Línea nacional y gratuita 144, disponible las 24 horas del día durante todo el año
*Mensaje con la palabra "hola" a la línea directa +54 9 11 2771-6463 de WhatsApp a nivel nacional
*En Córdoba: WhatsApp (351 814 1400) y al 0800-888-9898