Paloma tiene tan solo dos años y es de Río Cuarto. Su vida le cambió de la noche a la mañana. El pasado 10 de diciembre, después de pasar un fin de semana en las sierras con su familia, no logró despertar. Pasó tres días en estado de somnolencia. Los médicos, luego de realizarle algunos estudios, descubrieron que tenía un tumor en la base del cráneo y eso le afectó hasta la visión.
“Cuando despertó volvió a ser la misma de siempre. Estaba excelente. El problema de la vista fue lo único que cambió. Es un genia, nos da cátedra de vida”, relató su mamá Pia en diálogo con ElDoce.tv. Desde entonces comenzó con quimioterapia convencional en el Hospital Garrahan en Buenos Aires, donde se encuentra hace siete meses junto a sus padres. Ya no regresaron a Río Cuarto.
A Paloma le diagnosticaron Neuroblastoma de alto riesgo. Se trata de un tipo de cáncer que afecta al sistema nervioso. En su caso se desarrolló en la zona media del cuerpo (abdomen) y se hizo metástasis en la base del cráneo con infiltraciones en la médula ósea y los huesos del fémur.
Según detalló su mamá, en Argentina el único tratamiento para frenar la enfermedad es con al autotrasplante de médula ósea. Sin embargo, eso no le da garantías que el cáncer desaparezca por completo. Luego de investigar, contactaron a especialistas en Barcelona, quienes comprobaron que con el tratamiento de inmunoterapia (entrenamiento inmunológico) atacarían las células tumorales de manera más efectiva.
+ MIRÁ MÁS: Héroes de traje azul: dos policías asistieron a una mamá a dar a luz en su casa
Como el tratamiento es muy costoso y, en caso de que lo inicie podría llevarle seis meses viviendo en España, su familia inició una campaña solidaria para poder pagarlo y que Paloma reciba la asistencia médica que merece para poder continuar con su vida. Hicieron rifas, venta de locro, organizaron partidos de fútbol a beneficio y también abrieron una cuenta en el Banco Nación a nombre de Paloma para quienes deseen ayudar.
“Paloma siempre está radiante. Cada día es un desafío y siempre nos da fuerza para seguir adelante”, expresó la mamá emocionada. La pequeña perdió el cabello por la quimioterapia, pero jamás la afectó y siempre lo tomó con naturalidad. Sin dudas, es una verdadera guerrera con ganas de vivir. Su familia está completamente agradecida por todos los corazones solidarios que se sumaron a la causa. ¡Vos también podés ser parte!