Como muchos otros días, Daniela salió del trabajo y rápidamente se fue a Ciudad de las Artes para cursar diseño interior en la escuela Lino Spilimbergo. A las 19, cuando ya caía el sol, estacionó en el playón de avenida Pablo Ricchieri, adonde habitualmente hay un guardia de seguridad.
Sin embargo, eso no alcanzó para frenar a los ladrones. "Cuando vuelvo al auto a la media hora para bajar cosas que necesitaba en clase, encuentro que faltaban los espejos", relató a través de El Doce y Vos.
Pero eso no fue todo: cuando llegó a su casa, Daniela se dio cuenta que además habían forcejeado el capó. "La chapa quedó dañada y en el taller me dijeron que quieron robar la batería y la óptica", lamentó alarmada por la voracidad de los delincuentes.
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En total, el arreglo sale mucho dinero: cada espejo está presupuestado en 14 mil pesos sin pintura y, además, al arrancarlos le dañaron la computadora a bordo. "Hablé con la vicedirectora de la facultad y me pidieron que haga la denuncia porque no es un caso aislado. Sucede que hace días redujeron el personal de vigilancia, solo hay dos guardias y ya hubo varios robos de baterías, bicicletas y motos", advirtió la víctima.