Domingo 22 de marzo del 2020. Para la gran mayoría es el tercer día del aislamiento social, preventivo y obligatorio luego de que lo decretara el presidente Alberto Fernández. Otros, como los alumnos, llevan una semana en cuarentena.
Ese es el caso de Felicitas y sus compañeros de cuarto grado del Instituto Juan Zorrilla de San Martín. A pesar de que las escuelas están cerradas, los docentes siguen trabajando y envían las tareas online para que los estudiantes las realicen en sus hogares.
Los primeros días, todo genial. Pero, ahora los padres se preguntan: ¿qué más inventamos con los chicos? A Felicitas, una pequeña niña de 8 años con Síndrome de Down, la cuarentena le alteró la rutina -al igual que a muchos chicos-. No puede ir a danza, kinesiología, fonoaudiología y muchos menos al colegio. Es única hija, ya se aburrió y tuvo un momento de rebeldía.
Por esta razón, su mamá Silvina utilizó el grupo de mamis y papis de WhatsApp y pidió ayuda. Todo comenzó con este mensaje: “Llamado a la solidaridad. Necesito inspirar a Feli. Si ella ve que sus compañeros también hacen tareas en sus casas se entusiasma por ser igual. A medida que hagan sus tareas, ¿me enviarán una foto de sus hijos haciéndolas?”.
Silvina jamás imaginó que su hija recibiría mucho amor y de manera inmediata. Algunos enviaron fotos del momento en que estaban estudiando, otros videos alentándola a que haga las tareas y otros mensajes de voz. ¡Hasta se animaron a hacer acting para convencerla!
Felicitas quedó encantada al ver a sus compañeros, a quienes no ve desde hace más de siete días. Recargó energías y se puso manos a la obra. Ahora ya no tiene excusas y cumple con las obligaciones, al igual que sus amigos.
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“Para ella es más difícil porque la casa es un lugar donde no hay médicos, no hay rehabilitación, no hay una exigencia extra. Y que yo me ponga en ese rol, se estaba complicando. Lo único que quiere es ver a sus compañeros y es su deseo ser igual a sus pares”, explicó la mamá en diálogo con ElDoce.tv.
Emocionada, Silvina les agradeció a todas las familias y niños que se solidarizaron con Feli: “Van juntos desde la salita de 4 y siempre le hablan con ternura. Como grupo, se ponen en la posición de protección. Si ella no lo entiende, no importa, entre todos hacen que lo entienda. En cuarentena, buscaron la forma de protegerla y solucionarle lo que le estaba pasando. Mi hija los ama”.