La conmoción en Brasil e Indonesia no cede tras conocerse la muerte de Juliana Marins, la turista brasileña de 26 años que cayó a un volcán en Indonesia y estuvo cuatro días atrapada en una zona inaccesible. Este martes se confirmó su fallecimiento en medio de fuertes críticas por la demora en el rescate.
Marins formaba parte de un grupo que realizaba senderismo en el volcán Rinjani, una de las cumbres más imponentes del sudeste asiático. Durante el segundo día de excursión, el pasado viernes, cayó a una depresión de unos 300 metros y luego descendió involuntariamente otros 200 por la pendiente. Desde entonces, no pudo salir por sus propios medios.
+ MIRÁ MÁS: Alto el fuego: el jefe de Estado iraní anunció el fin de la guerra contra Israel
En las últimas horas, se conoció el último video de la joven brasileña antes del accidente. Fue grabado por Federica Matricardi, una italiana que había conocido a Juliana el día anterior y con quien compartió la subida. Ambas viajaban solas y decidieron acompañarse durante el duro ascenso.
+ VIDEO: las últimas imágenes de la turista de Brasil antes de caer al volcán:
“La vista es increíble”, se escucha decir a Federica. “Sí, lo hicimos por la vista, así que estoy feliz”, responde Juliana, sonriente, mientras se ve el cráter cubierto de niebla a su alrededor.
Las imágenes se registraron en la cima del volcán, poco antes del trágico desenlace.
Fue localizada, pero no pudieron rescatarla
Tras la caída, los rescatistas utilizaron un dron para localizarla. Según informaron medios locales, lograron verla con vida y consciente, moviendo su cuerpo. Sin embargo, debido a la dificultad del terreno y las condiciones climáticas, el rescate se demoró más de lo previsto. Cuando finalmente llegaron al lugar, ya no tenía signos vitales.
La historia generó fuerte impacto en Brasil, donde medios y usuarios en redes sociales cuestionaron la organización del recorrido y la demora de los servicios de emergencia.
Juliana Marins había dejado todo para cumplir su sueño de viajar por el mundo. Su última sonrisa, en la cima del Rinjani, quedó registrada como el recuerdo más conmovedor de una aventura que terminó de forma trágica.