Cuatro días después del devastador bombardeo de Israel a la única iglesia católica de Gaza, el sacerdote argentino Gabriel Romanelli rompió el silencio y brindó un desgarrador testimonio sobre lo ocurrido.
Desde el enclave palestino, el cura rechazó la versión oficial del gobierno de Israel y sostuvo que el ataque fue “un impacto directo”.
Romanelli, quien era amigo cercano del papa Francisco y se desempeña como párroco de la iglesia de la Sagrada Familia, relató cómo vivió el momento del ataque: “Había terminado en mi despacho una reunión. Me acerqué a tomar mate con otra joven que nos vino a ayudar y se escuchó la explosión”.
El cura argentino aseguró que el templo estaba parcialmente evacuado por precaución, aunque resistirse al calor extremo dificultaba mantener a los niños dentro del edificio.
“En ese momento había menos gente porque yo pedía que se pusieran a reparo por los bombardeos, pero hace mucho calor y a veces es difícil que los niños se queden adentro”, explicó a Radio Mitre.
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Respecto a las explicaciones oficiales, Romanelli fue categórico: “Dicen que fue un error, pero impactó en el frente del templo, un templo de piedra. Fue un impacto directo, con esquirlas y heridos por esquirlas todo el tiempo. Esto fue una explosión y se ve claramente”.
En el momento del bombardeo, dentro del complejo parroquial se refugiaban entre 500 y 600 personas, según estimaciones de autoridades eclesiásticas. La mayoría eran familias cristianas y musulmanas desplazadas, sin posibilidad de salir de Gaza ni de acceder a ayuda humanitaria.
El papa León XIV expresó su “profunda tristeza” por el ataque y renovó su pedido de un “inmediato alto el fuego”, junto con un llamado urgente al “diálogo” entre las partes involucradas en el conflicto.