Un trágico caso ocurrido en Dublín, Irlanda, encendió las alarmas sobre una práctica cada vez más peligrosa entre adolescentes. Daniel Maguire, de 14 años, murió tras inhalar los vapores de una lata de desodorante, en lo que se conoce como la práctica del “gas rápido”.
El hecho ocurrió el 27 de septiembre, cuando su padre y su hermano lo encontraron inconsciente en su habitación. Intentaron reanimarlo con maniobras de RCP, pero al no obtener respuesta, llamaron a emergencias, que solo pudo constatar su fallecimiento.
Concientización
Su padre, Dermot Maguire, habló con el medio Irish Mirror y expresó su dolor, pero también su compromiso por generar conciencia. “Simplemente cometió un error. No sabemos si fue un reto de TikTok o no. Solo sabemos que Daniel cometió un error. Se desmayó y nunca despertó”, lamentó.
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El hombre señaló que su hijo era un chico alegre y sin antecedentes de consumo de sustancias, y que la tragedia lo tomó completamente por sorpresa.

Una práctica mortal
El “gas rápido” consiste en inhalar aerosoles o gases contenidos en productos domésticos, como desodorantes, limpiadores o pinturas en spray, para provocar una breve sensación de euforia. Sin embargo, esta acción puede causar paro cardíaco o asfixia instantánea.
Dermot ahora impulsa una campaña para educar a jóvenes y padres sobre los riesgos de esta práctica. “Ninguna familia debería pasar por lo que pasamos nosotros”, concluyó.