La vida de Paola Espíndola, una joven de San Nicolás, cambió para siempre el 10 de diciembre. Lo que empezó como un sueño de futuro en Italia junto a su esposo, terminó en una pesadilla marcada por la violencia y el horror.
Mientras trabajaba en un hotel de los Alpes, Paola fue atacada por la espalda por su pareja, Alejo Grisetti, quien la apuñaló en el pecho, el brazo y la espalda. Desesperada, la joven de 24 años se tiró desde un tercer piso para escapar y salvar su vida.
La trasladaron de urgencia en helicóptero al hospital Santa Chiara de Trento, donde los médicos la operaron y lograron estabilizarla. “Pao vivió un calvario de 11 meses y terminó con más de 20 puñaladas”, contó su hermana Maira en diálogo con Radio Net.
Un infierno
La relación entre Paola y Alejo comenzó en Argentina y siguió en Italia, a donde emigraron en busca de un futuro mejor. Pero todo se puso mal apenas llegaron: “A las dos semanas de mudarse, él empezó con los golpes. Pao vivió un calvario de 11 meses”.
La violencia era total. “Él tenía el control de su celular. Los mensajes eran de él, no de ella. Paola buscó salir de esa situación, pero vivían en un pueblo chiquito”, explicó Maira.

En el hotel donde trabajaban, Paola pidió ayuda a los dueños y compañeros de trabajo. Se comprometieron en trasladar a Alejo a otra sede en Austria, pero el agresor volvió y la atacó.
“Pao hacía el desayuno cuando recibió la primera puñalada en el medio del pecho. Sale corriendo, se tira por dos escaleras para poder zafar. Siempre estuvo consciente. Se acuerda de cada detalle”, relató su hermana.
Según Maira, la víctima tiene “los pulmones pinchados, un riñón pinchado, una escápula quebrada" y perdió la movilidad en su mano por una lesión en el tendón.
Tras el intento de femicidio, Alejo Grisetti intentó autolesionarse y estuvo internado dos días por heridas leves. El 12 de diciembre, la policía lo detuvo y ahora está bajo custodia, a la espera de ser indagado por el juez italiano Enrico Borrelli. “Le dieron tres puntos en el abdomen. Está detenido. No está hospitalizado”, aclaró la familia.
“Estoy moviendo cielo y tierra acá porque no voy a parar hasta que esta persona se pudra en la cárcel y nunca más pise San Nicolás, quiero que quede encerrado por el resto de su vida”, expresó Maira.

La salud de Paola
Pese al extremo nivel de violencia del que fue víctima, la joven sobrevivió. “Es un milagro lo que pasó. Los médicos no se explican cómo está viva”, dijo su hermana. Fue sometida a operaciones y no descartan nuevas pero está fuera de peligro.
Ahora, su familia pide ayuda para poder traer a Paola otra vez a Argentina. “Mi hermana llora todos los días y yo lloro con ella”, confesó Maira, que se instaló en Italia para estar con ella después del hecho.



