Cansadas, contracturadas, doloridas, estresadas o simplemente con ganas de sentirse bien y lindas, fueron al spa a buscar un momento de relax. Pero en vez de salud y armonía, se toparon con el horror.
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La compañía Massage Envy, una reconocida franquicia de masajes estadounidense que cuenta con más de mil sucursales, está en boca de la tormenta. Según el portal BuzzFeed, más de 180 mujeres de todo el país presentaron una denuncia colectiva por ser manoseadas y violadas por algunos de sus empleados.
Las víctimas alegaron que fueron penetradas con los dedos y de manera oral por masajistas de la cadena en los últimos años. "Manosearon sus genitales, sus pechos o cometieron otras violaciones explícitas", afirmaron más de una docena de clientas al medio de prensa.
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Uno de los casos más resonantes es el de Susan Ingram, quien fue agredida sexualmente en 2015. James Deiter, detenido por el hecho, reconoció en la justicia ser el autor de nueve abusos en uno de los centros de Massage Envy.
Melanie Hansen, asesora jurídica de la cadena de spas, dijo que las acusaciones son "descorazonadoras". Justificándose en la naturaleza contractual del régimen de franquicias, también negó responsabilidades de la organización por lo que podrían haber hecho sus empleados