Los investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, en Hefei, denunciaron que en la formación rocosa de Punggye-ri, lugar de la última prueba nuclear realizada por Corea Del Norte, podría haber un daño ambiental considerable si la radiactividad escapa desde su interior.
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El gobierno de Kim Jong-un ya realizó cinco ensayos dentro de la montaña, ubicada a 100 kilómetros de la frontera con China. El último, la bomba H, tuvo un poder de destrucción de 100 kilotones, causando un terremoto de 6,3 grados en el lugar.
Los científicos advierten del peligro de la situación y que el lugar no resistiría otra detonación. Wang Naiyan, ex titular de la Sociedad Nuclear China sostuvo que podría volarse “el techo” y los países vecinos quedarían expuestos a consecuencias de un daño superior al que producen las armas atómicas. “Si la montaña colapsa y el hueco queda expuesto, saldrán muchas cosas malas", dijo al South China Morning Post.
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Ante el aumento de la tensión internacional, Corea Del Sur decidió realizar maniobras militares por tierra y mar, preparándose para un eventual conflicto armado. Además, analiza permitir a los Estados Unidos asentar bombas nucleares en su territorio.
Vladimir Putin condenó el nuevo ensayo armamentístico del gobierno de Pyongyang. El presidente de Rusia calificó como "inútil e ineficaz" la aplicación de nuevas sanciones contra Corea del Norte, pues la “histeria militar puede llevar a una catástrofe planetaria".