Una mujer de la ciudad brasileña de Minas Gerais deseaba con muchas ansias ser mamá, pero no podía quedar embarazada. Sin dudarlo, planeo un crimen que tiene a toda una sociedad en vilo. Angelina Ferreira Rodrígues, de 40 años, estaba tan obsesionada, que mató a una mujer embarazada para sacarle a su hijo.
De acuerdo a lo que declaró en la Policía, le dio alcohol a una joven de 23 años, con ocho meses de gestación, y una vez dopada, la ató con un alambre de púa a un árbol, le cortó el abdomen y le sacó el bebé. El cuerpo de la víctima fue encontrada al costado de una ruta, con claros signos de violencia.
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El pequeño recién nacido fue trasladado a un hospital por la propia asesina, quien mintió diciendo que había dado a luz. Los médicos desconfiaron de su excusa e hicieron la denuncia. Inmediatamente quedó detenida y confesó la verdad. El bebé está fuera de peligro.
Mientras continúan investigando el sangriento y aberrante hecho, la Policía insiste en que no actuó sola, a pesar de que Rodrígues mantiene firme su versión. “Creemos que el esposo y una tercera persona participaron, pero todo esto dependerá de una investigación policial. Las pruebas muestran que Angelina no estaba embarazada y creemos que el crimen fue premeditado”, indicaron.