Una tormenta con granizos del tamaño de pelotas de golf sacudió por 20 minutos a la ciudad de Estambul. Como en todo fenómeno meteorológico intenso, el saldo arrojó muchos autos rotos, árboles caídos y cuantiosas pérdidas materiales. Lo que sorprendió, es que también resultara afectado un avión en pleno aire.
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Un Airbus A320 terminó con los vidrios rajados y la trompa totalmente rota. El piloto que pudo aterrizar sin mayores consecuencias, a pesar de volar a ciegas, obtendrá “la Orden del Coraje” de manos del Presidente de Ucrania.
La aeronave de la empresa Atlas Global debió regresar 10 minutos después de haber partido del aeropuerto turco Ataturk. El capitán del vuelo, Alexander Akopov, debió hacerse cargo de la situación de emergencia a 1.300 metros de altura debido al estado de la nave y que el instrumental empezó a fallar.
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"No preveíamos este desastre meteorológico. Fue mi aterrizaje más difícil en 30 años como piloto pero lo más importante es que logramos hacerlo y todos los pasajeros están vivos", relató a la prensa, minutos después de escuchar los aplausos de los 121 turistas y 6 miembros de la tripulación que salvó.