La hispano-mexicana estaba cumpliendo una pena a cadena perpetua en la prisión exclusiva para mujeres de Schwarzenau, en Baja Austria. Sin embargo, las autoridades carcelarias cambiaron de planes y tomaron una medida insólita. Por considerarla “extremadamente peligrosa” para las otras mujeres la trasladaron a un cárcel donde hay 90 hombres, en Asten.
Carranza fue diagnosticada con un “trastorno grave, completo y multifacético de la personalidad”.
Los crímenes de Carranza ocurrieron en 2008. Le disparó en la cabeza a su exmarido Holger Holz y dos años después terminó con la vida de su exnovio, Manfred Hinterberger. A los dos los descuartizó con una motosierra y guardó sus restos en el sótano de su heladería, antes de tirarlos por la cloaca.
La famosa reclusa será vigilada por médicos psiquiatras, 45 enfermeros, 18 terapeutas, cuatro especialistas y ocho guardiacárceles, informó el periódico The Local.