Emoción a flor de piel. Un verdadero guerrero que logró salir adelante después de una larga lucha. Nació en la semana 24 de gestación en agosto del año pasado y entraba en la mano de un adulto. Pasó seis meses en una incubadora y ya recibió el alta médica: sonríe como si hubiera vuelto a nacer.
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Se trata del bebé más pequeño del mundo que pesó tan solo 268 gramos. Estuvo internado en cuidados intensivos del aérea de neonatología del hospital de la Universidad de Keio, Tokio (Japón). Ahora subió de peso y alcanzó los 3,238 kilogramos.
El médico que estuvo a su lado desde el primer día que llegó a este mundo, reveló que jamás imaginaron que podría sobrevivir debido a que se trataba de un caso “de mucho riesgo”. Pero el resultado exitoso demostró “que hay posibilidades de que un bebé salga del hospital pese a nacer muy pequeño”.
"Estoy feliz de que haya aumentado tanto de peso, sinceramente no creía que pudiera sobrevivir”, expresó la mamá del bebé a los medios locales. El pequeño irá a su casa por primera vez, donde recibirá todo el amor que merece.