Miles y miles de brasileros salieron a la calle, este domingo, para pedir la renuncia de la presidenta Dilma Rousseff tras el escándalo de corrupción por el caso Petrobras, que también involucra a su antecesor Lula Da Silva.
Las camisetas de la Selección de Brasil y las banderas verdeamarelas flameando se repetían a lo largo de las calles más importantes de las principales ciudades del país.
En Brasilia, más de 50.000 personas se reunieron en la Explanada de los Ministerios, frente al Congreso. En Río de Janeiro, 20.000 brasileros bloquearon la Avenida Atlántica, en Copacabana. Lo mismo sucedió en San Pablo, Belo Horizonte, Salvador, Porto Alegre, Recife y Belem.
La convocatoria fue realizada por grupos civíles pero apoyada por toda la oposición al Partido de los Trabajadores (PT). La crisis política del gobierno y la económica del país tienen en jaque a Dilma, quién aclaró que no renunciará.
"¡Fuera Dilma!" era el grito de batalla de los manifestantes. Justamente hace un año, se reunieron dos millones de personas en todo el país para pedir un cambio. Este 13 de marzo parece ir en camino a superar aquel récord.