Hipnosis, medicamentos no declarados y electrochoques son, entre otras, técnicas que médicos de instituciones de salud públicas y privadas recomiendan para “modificar y enderezar” la orientación sexual de las personas gays.
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HRW, una ONG de gran prestigio internacional, denunció que China, a través de algunos hospitales estatales, permite la aplicación de “tratamientos de reconversión” para que los homosexuales regresen a la supuesta “normalidad”.
En este país de fuerte tradiciones, la preferencia sexual por personas del mismo género no constituye delito y tampoco se la reconoce oficialmente como una enfermedad. Sin embargo, por una cuestión cultural, las prácticas médicas abusivas y discriminatorias sobre este tema son habituales.
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Existe un gran impulso social para continuar con el linaje. Todos los encuestados por la organización defensora de Derechos Humanos coincidieron en haber recibido presiones de la familia para seguir conductas heterosexuales que permitan continuar el apellido paterno en sus hijos.
Los pacientes de esta clase de terapias contaron que recibieron fármacos desconocidos, tratamientos psicológicos agresivos (en donde son tratados como pervertidos o anormales por los profesionales), aplicación de hipnosis o descargas de electrochoque.
En este último caso, los médicos vendaron los ojos de hombres para que piensen en su novio. Con la descarga eléctrica se pretende que relacionen el dolor con la preferencia por el mismo género, atentando así contra el derecho fundamental de las personas de poder elegir libremente su sexualidad.