La afición por la lectura de Ayman al-Zawahri fue su condena. Oficiales de la CIA descubrieron que el líder de Al Qaeda leía solo, todos los días a la mañana, en el balcón de su casa segura en Kabul, Afganistán.
Las largas visitas del terrorista a ese sector de la vivienda le dieron a la agencia de Estados Unidos la oportunidad de disparar un misil específico que podía evitar daños colaterales.
De acuerdo a Forbes, recopilando informes de The New York Times y de la BBC, la búsqueda de al-Zawahri se remonta a antes de los ataques del 11-S. La CIA siguió buscándolo mientras ascendía a la cima de Al Qaeda tras la muerte de Osama Bin Laden y luego de la toma de Afganistán por los talibanes en 2021.
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Poco después de que Estados Unidos abandonara Kabul, la agencia intensificó sus esfuerzos para encontrar a al-Zawahri, convencida de que intentaría regresar a Afganistán.
La salida de las tropas estadounidenses del país asiático fortaleció la creencia de que los principales líderes de Al Qaeda estarían tentados a regresar a la ciudad capital. El pálpito resultó correcto y descubrieron que la familia de al-Zawahri había regresado a una casa segura en Kabul, lo que fue imitado después por el terrorista.
La propiedad era de un integrante de la red Haqqani, una facción violenta del gobierno talibán. Los principales líderes talibanes se reunían ocasionalmente en la casa.
Sus vínculos con los líderes de la red Haqqani llevó a la inteligencia estadounidenses a la casa segura. Una vez localizado, la CIA construyó un modelo del sitio y buscó aprender todo sobre él.
Los analistas finalmente identificaron a una figura que se quedó leyendo en el balcón, pero nunca salió de la casa. Era al-Zawahri.
Los funcionarios estadounidenses decidieron atacarlo, pero la ubicación de la casa planteó problemas ya que se encontraba en una zona urbana de casas muy juntas. Un misil armado con un gran explosivo podría dañar las casas cercanas. Y cualquier tipo de incursión militar especial sería peligrosa.
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Una idea clave fue que nunca se lo vio salir de la casa y solo parecía tomar aire fresco parado en un balcón en un piso superior. Permaneció allí durante períodos prolongados, lo que le dio a la CIA una buena oportunidad para atacarlo.
A medida que se planeaba el ataque, los funcionarios de inteligencia se decidieron por el misil Hellfire R9X para disparar contra al-Zawahri, diseñado para matar a una sola persona.
Luego de ser notificado del procedimiento por la CIA, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó una serie de análisis de consecuencias políticas de la destitución de al-Zawahri. Además, preguntó sobre los posibles riesgos para Mark R. Frerichs, un rehén estadounidense en poder de los Haqqani.
El 25 de julio, el mandatario norteamericano autorizó a la CIA a realizar el ataque aéreo. El domingo 31 por la mañana un dron pilotado por la CIA encontró a al-Zawahri en su balcón en Kabul. Los agentes de la agencia dispararon dos misiles, poniendo fin a una cacería de más de dos décadas.