Louis Wright recuperó su libertad este jueves, después de pasar los últimos 35 años en prisión. El hombre había sido condenado por el presunto abuso sexual a una niña de 11 años en el estado de Michigan (Estados Unidos), sin embargo, quedó probada su inocencia.
La causa dio un giro inesperado tras la intervención del Innocence Project, de la facultad de derecho de la Universidad Cooley. La iniciativa asumió la defensa del acusado y encontró una prueba clave.
Nuevos estudios de ADN concluyeron que el material genético no coincidía con el de Wright, por lo que no es posible que haya sido el autor de la violación.
El caso
En 1988 Wright quedó implicado como el supuesto atacante de la menor mencionada. Todo parece indicar que un agresor ingresó a la vivienda de la niña y abusó de ella mientras sus padres no estaban en casa.
El sospechoso fue divisado por una oficial de Policía en el barrio. Después de que lo detuvieron, agentes aseguraron que admitió ser culpable. Sin embargo, ese interrogatorio no fue grabado y Wright jamás firmó una confesión.
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En su única declaración oficial, el acusado asumió una postura de nolo contendere. Esto quiere decir que no dijo haber cometido el delito pero tampoco afirmó su inocencia. Tiempo después quiso retractarse de su postura y sostuvo que no tuvo nada que ver con los hechos pero las autoridades no dieron lugar a sus reclamos.
De momento no se ha aclarado por qué mantuvo su postura original. David Gilbert, el fiscal a cargo de la causa, adelantó que reabrirán la investigación. “No hay justicia sin verdad. Esto se aplica a todos”, dijo.
Se estima que Wright podría recibir una compensación económica de hasta US$1,75 millones. La ley estatal prevé un pago de US$50 mil por cada año en prisión por una condena anulada a partir de nuevas pruebas.