La tradición que mantiene Suiza desde 1405 tuvo un giro inesperado. Por primera vez en 600 años, una mujer se convirtió en la voz de la catedral Lausana. Todo el año, desde las 22 a las 2 de la madrugada, Cassandre Beroz grita la hora después de la campanada: "¡Es la mujer del reloj. Son las 10 de la noche!".
La joven, nacida en Suiza y de 28 años, cumplió el sueño que tenía de pequeña. Tras varios intentos por ser aceptada en el puesto, es la nueva centinela de la ciudad.
Ubicada en el lago de Ginebra, la ciudad posee este atractivo único para los turistas que la visitan. Dado que es el edificio más alto de la región, la función del cuidador servía para dar avisos sobre focos de incendios y peligros que acechaban. En los últimos años se mantuvo el puesto para continuar con la tradición.
El grito del feminismo
La lucha por obtener el trabajo tuvo como antecedente la marcha feminista en junio de 2019. Durante una entrevista en el diario The New York Times, Berdoz comentó que ese día, ella junto a varias mujeres, subió como acto desafiante a la cima del edificio y gritó por la igualdad de género.
Meses después, y con una vacante en el puesto, Cassandre obtuvo el lugar. "Trabajo en un hermoso y antiguo lugar, le traigo algo de amor a la ciudad y mantengo la tradición. Pero también, grito en nombre de las mujeres. Es mi contribución al feminismo", expresó.
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La mujer, cantante profesional de un coro, rompió con años de costumbres en Suiza. Junto con Lausana, solo quedan seis ciudades en Europa con un vigilador presente durante todo el año.