Albert Einstein en su Teoría de la Relatividad General manifestó la existencia de las ondas gravitacionales, una especie de olas en el Universo. Luego de 100 años se le pudo dar la razón. Y con pruebas específicas.
Demostrar la existencia de estas ondas era el último gran desafío pendiente de la Teoría de la Relatividad General, formulada por Einstein en 1915.
Científicos del observatorio estadounidense Laser Interferometer Gravitational-wave Observatory (LIGO), a cargo de la científica argentina y cordobesa Gabriela González, comprobaron la existencia de las ondas.
Dichas ondas se producen cuando las masas se aceleran y comprimen y estiran el espacio. Se propagan en el vacío a la velocidad de la luz y distorsionan el espacio-tiempo, de una forma parecida a las ondas que produce una piedra que se lanza al agua.
"Hasta ahora, hemos sido 'sordos' frente al universo. Hoy podemos escucharlo por primera vez", dijo David Reitze, director ejecutivo de Ligo, durante el anuncio en Washington.
¿Qué son las ondas gravitacionales?
La Universidad las define como "olas en el océano cósmico". Einstein descubrió con la Teoría de la Relatividad que los objetos que se mueven en el Universo producen ondulaciones en el espacio-tiempo -una especie de tejido en el que se desarrollan todos los eventos del Universo- las cuales se propagan por el espacio. Estas son las ondas gravitacionales, explican los científicos.
Ventana al universo.
Las ondas gravitacionales son "una nueva ventana al Universo". A través de ellas se pueden entender los mecanismos por los que suceden algunos de los sucesos del Cosmos, como las colisiones entre agujeros negros o las explosiones de estrellas. Hasta se podría deducir que pasó segundos después del Big Bang.
También marcarán el inicio de una nueva era en astronomía porque el Universo es casi transparente para ellas, lo que permitirá observar fenómenos astrofísicos que de otra manera permanecerían ocultos.
Si te interesan estos temas, desde EldoceTv pudimos conocer de cerca qué se hace en ALMA, el desierto Chileno de Atacama, donde funciona el conjunto de telescopios más grande del mundo. Además sobre el origen del Universo también estuvimos en el CERN en suiza. Fuimos el primer medio latinoamericano en ingresar a La Máquina de Dios.