Brasil está completamente paralizado, el gobierno de Michel Temer llevó a cabo una serie de reformas, que tuvieron como consecuencia un severo ajuste fiscal. También se vio afectada la legislación laboral y en el sistema de pensiones.
Los brasileros atraviesas una importante recesión económica, donde hay cerca de 14 mil personas desempleadas. En medio de este contexto austero, se llevó a cabo una huelga nacional que finalizó con incidentes. Se trata del primer paro nacional en 20 años.
Un grupo de manifestantes encapuchados, que no pertenecían a ningún gremio, destrozaron el centro de la ciudad de Río de Janeiro, San Pablo y Brasilia. Provocaron destrozos, saqueos e incendios.
Se enfrentaron con efectivos policiales lanzando proyectiles. Debido a esta reacción, fueron reprimidos con gases lacrimógenos y camiones hidratantes.