El primer ministro de Egipto, Sharif Ismail, confirmó el accidente y por ahora descartan que haya sido un acto terrorista. En la zona donde cayó la aeronave, el gobierno de esta país combate tropas yihadistas.
Los pasajeros eran turistas que volvían de pasar unos días de vacaciones y entre los muertos hay 17 niños.
Los primeros testimonios dieron cuenta de una llamada de emergencia del piloto de la máquina pidiendo autorización para realizar un aterrizaje de emergencia.
Algunos testigos vieron pasar el avión con una turbina en llamas antes de la catástrofe.
En estos momentos, más de 40 ambulancias trabajan en el lugar de la tragedia, donde se puede observar algunos cadáveres atados a las butacas del avión.
El presidente ruso Bladimir Putin envió condolencias a los familiares y prometió investigar las razones del accidente.
Aún no hay reportes de haber encontrado la caja negra del Airbus.