Karina Vetrano salió a correr como todas las mañanas pero nunca regresó a su casa de Nueva York. Un depravado abusó de ella y la estranguló hasta matarla en en el parque Spring Creek de Queens.
Su cuerpo fue encontrado por la noche. Sus dientes estaban rotos y presentaba numerosos hematomas. Le faltaba una zapatilla y los auriculares que usaba para escuchar música mientras hacía ejercicio. Ambos elementos fueron encontrados, dos días después, en otra zona del parque y los enviaron a un laboratorio para intentar encontrar las huellas dactilares del atacante.
La joven de 30 años era muy popular en Instagram, donde subía fotos y videos de sus actividades. Tenía más de 11 mil seguidores y las autoridades creen que el autor del crimen la podría haber ubicado gracias al sistema de localización de imágenes de esa red social.
Su padre, Philip Vetrano, solía acompañarla a correr, pero ese día no fue porque sufría dolores en la espalda. Según las autoridades, a Karina no se le conocían enemigos y su exnovio fue descartado como sospechoso.
El detective del Departamento de Policía de New York, Robert Boyce, aseguró que por las señales de violencia en el cuerpo de la víctima, se puede deducir que Karina luchó hasta el último momento.
La policía ofreció 10 mil dólares de recompensa por información acerca del asesino. Sus seguidores en las redes sociales se solidarizaron y colaboraron para difundir el caso.