El terror que infunde el Estado Islámico no solo afecta a los civiles de países como Irak y Siria. La regla también se aplica contra sus propios integrantes. Los yihadistas no tuvieron piedad con dos niños que fueron reclutados para luchar contra las tropas iraquíes en Mosul.
Los pequeños de 10 y 12 años se negaron a ejecutar a dos presos ante la mirada de sus familiares. El castigo fue brutal: los terroristas les amputaron las manos a ambos en público, tal como lo suelen hacer con los ladrones, señaló Daily Mail con información de Iraqi News.
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El Estado Islámico recluta niños de los territorios que domina: los extrae de sus hogares, los entrena y los envía a la primera linea de combate.
Actualmente, el grupo terrorista está atrincherado en el oeste de Mosul, su último bastión en Irak, mientras las tropas gubernamentales ganan territorio mes a mes para erradicarlo del país. Gran parte de la ciudad quedó destruida por la guerra.
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