Alex Skeel, de 22 años, está vivo de milagro. Durante meses, fue protagonista de una verdadera pesadilla. Su novia, Jordan Worth, lo aisló de su familia, le quitó el celular y comenzó a controlarlo, hasta llegó a agredirlo física y psicológicamente.
Se conocían desde los 16 años. Pero el día en que decidieron convivir, ella se convirtió en un monstruo. Lo golpeó en la cara y en las manos con un martillo, le negó la comida durante mucho tiempo y llegó a tirarle agua hirviendo, provocándole quemaduras en los brazos y piernas.
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La tortura llegó a su fin el día en que un vecino, asustado por los ruidos que escuchó en el departamento que la pareja compartí, llamó a la Policía. Allí lo encontraron herido, con papel film intentando cubrir las quemaduras de segundo y tercer grado.
La novia fue condenada a siete años y medio de prisión por control coercitivo. Skeel, víctima de torturas y abusos, confesó al diario ABC: “Pensé que mis extremidades tendrían que ser amputadas. Tuve quemaduras abiertas. Perdí 20 kilos, fue horrible. Fueron tres años de abuso mental y luego se volvió físico”.