Nuevamente el Estado Islámico no tuvo compasión y ejecutó a un menor de edad. El adolescente tenía 16 años y fue decapitado por no asistir a las oraciones obligatorias de los viernes en la ciudad fronteriza de Jarabulus, en Siria.
La víctima se había escondido en la casa un familiar en la frontera entre Turquía y Siria. Tras encontrarlo fue detenido por los servicios secretos de la organización yihadista.
Inmediatamente lo trasladaron a la plaza de la ciudad y allí el Estado Islámico leyó una breve acusación contra la víctima: “El joven fue acusado de herejía, el cargo más grave en el sistema legal de ISIS”. Luego frente a una decena de curiosos decidieron decapitarlo.
Además, frente a los que presenciaron el asesinato, el grupo terrorista advirtió que si alguien más se perdía la oración, sufriría el mismo destino.
Por otro lado, amenazaron a los musulmanes en Rusia a unirse a ellos, afirmando que “el Califato ya está aquí”. También prometieron atacar al presidente Vladimir Putin y aplicar la sharia en el país.