El chico, de unos 10 años, coordinó la evacuación del jugador brasileño Alan Ruschel del sitio conocido como Cerro El Gordo.
"Cuando estábamos estacionando las camionetas llegó un niño y nos dijo que a unos heridos los estaban sacando por otro lado", aseguró a Efe, Sergio Marulanda, uno de los lugareños que cooperó con el desplazamiento de los seis sobrevivientes de la tragedia.
El menor continuó con los voluntarios rescatistas y pudieron sacar con vida a uno de los jugadores y a otras cinco víctimas del vuelo que aún vivían.
La orden de que llevara consigo al misterioso niño de quien todavía nadie sabe nada más que su presencia, fue dada a Marulanda por un policía: "Usted es el primero en llegar, monte al niño en la camioneta y vaya a recoger a los heridos".
Pero la de ese niño no habría sido la única aparición de menores en la impactante escena del siniestro. Otros testigos también aseguran que allí, entre los restos del avión de LAMIA y entre los cuerpos sin vida, había más pequeños que actuaban como socorristas.