Puigdemont llamó a resistir en forma pacífica, en un discurso difundido por la televisión regional de Cataluña. Además, pidió paciencia, perseverancia, perspectiva y convocó a la población a hacer "oposición democrática" y "cívica" al gobierno español, para defender la independencia.
En un clima distendido y mientras se emitía el discurso de tres minutos, el secesionista se mostró almorzando en un bar, en la calles de su ciudad natal Girona y con la gente sacándose selfies.
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El exmandatario lanzó otra dura advertencia al gobierno de Rajoy. "Nuestra voluntad es continuar trabajando para cumplir los mandatos democráticos y al mismo tiempo buscar la máxima estabilidad y tranquilidad, entendiendo las dificultades lógicas que conlleva una etapa de esta naturaleza, que nuestro país no ha recurrido nunca", afirmó.
Puigdemont mantendrá a todo su gabinete, que también rechazó la intervención. Anticiparon que seguirán trabajando por la independencia.
Mientras tanto, el presidente español traspasó a su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, los atributos del presidente catalán y puso en marcha la intervención.