Llegó el día más esperado e importante para Estados Unidos y, por supuesto, para el mundo. Antes del acto de asunción del nuevo presidente norteamericano, Donald Trump y Melania Trump llegaron a la Casa Blanca y fueron recibidos por Barack Obama y Michelle Obama para compartir el tradicional té.
Pero en medio del saludo protocolar, un momento incómodo y gracioso fue vivido por la primera dama saliente y la esposa del magnate republicano, quien le entregó en sus manos un obsequio misterioso y a la vez costoso.
Esa enorme caja color celeste con una cinta blanca y una tarjeta, que podría ser alguna joya de Tiffany, porque el diseño del packaging es muy similar al de la compañía, fue recibida por Michelle. Con una sonrisa de agradecimiento besó a su sucesora, aunque sin saber qué hacer con ella.
Fue tal la sorpresa que se llevó, que las cámaras captaron esos minutos embarazoso que su rostro dejaba ver, como diciendo, qué hago ahora. Por eso, comenzó a buscar a algún asistente para que le sostenga la caja y así, poder sacarse la foto. Hasta que Obama salió a su rescate, tomó el regalo e ingresó a la Casa Blanca. Cuando regresó, ya no tenía nada que la molestara. ¡Qué alivio!