Es el sueño más perseguido desde hace años: la eterna juventud. Cientos y cientos de recursos que millones de personas destinan a verse mejor y hasta procedimientos extremadamente dolorosos para poder permanecer con una imagen joven. Negocios que se mantienen en base a la promesa de parecer más joven.
De allí, la importancia de la investigación “cómo se percibe la edad”, publicada por la revista Current Biology y a cargo del Centro Médico de la Univsersidad Erasmus en los Países Bajos y Unilever.
El dato más importante parece estar en las mutaciones encontradas en las instrucciones genéticas para la protección del cuerpo contra la radiación UV.
Durante el estudio, se analizaron más de 2500 imágenes de personas sin ningún tipo de maquillaje. Esas fotos fueron mostradas a otras personas que dijeron cuántos años creían que tenían. Los resultados fueron comparados con la edad que realmente tenían.
El segundo paso de la investigación fue analizar en detalle el ADN de las personas que parecían mucho más jóvenes de lo que realmente eran.
El resultado: el gen MC1R, determinante en la fabricación de la melanima, pigmentación de la piel y protección contra los rayos ultravioletas del sol, es el que determina el aspecto de juventud de una persona. En algunos casos, hasta dos años más joven que la edad real.
El desafio. A partir de ahora, los investigadores pretenden encontrar la manera de manipular el gen para lograr el aspecto de juventud. El objetivo final es un producto que nos permita vernos más jóvenes.
Mientras tanto y hasta que aparezca el producto deseado, sólo nos quedan las cremas y las tinturas para engañar el paso del tiempo.