A las 6:30 del sábado 7 de octubre, Romina y Karina, hermanas nacidas en Córdoba que emigraron desde muy pequeñas a Israel, se despertaron por el ruido de las sirenas que alertaban por los bombardeos de Hamas y comenzaron a escribirse por mensajes para saber cómo estaban.
Romina estaba en Ofakim, a 20 kilómetros de Franja de Gaza, mientras que Karina en el kibutz Nir Oz. “En un momento Karina me dijo ‘mañana no trabajás, jajaja’”, contó Romina en diálogo con Federico Tolchinsky, enviado especial de El Doce.
Y rápidamente le advirtió: “‘Karina tené cuidado porque estoy escuchando tiroteos y gritos en árabe’”. “Después de un tiempo me contesta: ‘Tené cuidado, están acá'". Ese fue el último mensaje que recibió a las 9:30. Su otra hermana Paola, que la llamó, “la escuchó gritar ‘están acá, están acá’”.
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Desde entonces, la cordobesa no sabe nada de su hermana ni de su cuñado y sobrinas de 11 y 18 años. Cree que el grupo terrorista los tiene en cautiverio en Franja de Gaza por la geolocalización de los teléfonos.
Romina contó que Karina recién salió de un cáncer y entre llantos expresó con preocupación: “Luchó como una leona para salir y andá a saber si está luchando allá”. Además, el marido de Karina es diabético y la hija mayor es pos-traumática y todos necesitan medicamentos.
La hermana de la cordobesa desaparecida describió a sus sobrinas como “nenas muy amorosas”. Con sus ojos llenos de lágrimas, recordó que Yaval, de 11 años, la esperaba todos los días a que llegara del trabajo para darle un beso antes de subir al colectivo para ir al colegio. Mientras que Mika, de 18 años, la ayudaba en el jardín de infantes donde da clases.
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“Es tremendo no sentirlas al lado mío. Hace 12 días que no tengo eso y no sé cuándo lo voy a tener”, dijo desconsolada. En medio del drama que atraviesan como familia, reveló que sus hijas están con asistencia psicológica, no quieren salir de su habitación y tienen miedo hasta para ir al baño.
“Tengo muchas cosas en la cabeza que me dan vueltas y no puedo pensar cómo van a hacer para traerlos, solo quiero que los traigan y poder abrazarlas y que mi hermana me siga retando por cosas que digo o que me haga los alfajores más ricos que sabe hacer”, pidió desesperada.